miércoles, 18 de julio de 2007

M.L.H<

Bueno, tengo el honor de empezar a transitar el camino de este espacio.
Y decidí subir primero este texto que escribí en las vacaciones de invierno pasadas (dentro de unos dias le festejamos el cumpleaños) en un momento de una especie de tristeza melancólica o algo así, pero que al parecer no me inspiró para escribir mariconadas sino algo que al fin y al cabo me terminó gustando. El título es dedicado a la persona que me llevó a ese "estadio" y bueno, espero que le(s) guste (vaya uno a saber si lo va a leer más de uno).

M.L.H

Empieza un escrito, nace una pieza.
Una hoja en blanco, perfecta,
con todas sus líneas, también perfectas,
se mancha de tinta, de desprolijidad.
O un montón de píxeles blancos
son ennegrecidos con tinta virtual.

Continúa un escrito, crece una pieza.
La hoja ya no es perfecta ni blanca,
las palabras imprimieron en ella sentimientos
tan negros como la misma tinta,
aunque a veces rojos, verdes…

El escritor escribe para descargarse.
El lector lee para entretenerse o
sólo enterarse que alguien sufre.
Las palabras se agrupan obedeciendo a su dueño.

Termina un escrito mas la pieza no muere,
pasa a formar parte de cualquiera que la lea,
que gaste en ello una fracción de su vida.

27/07/06


3 comentarios:

Papá pitufo dijo...

¿¿Dentro de poco le festejamos el cumple??
Le vamo a hacer la fiesta a tu texto
La vamo a pasar bomba con tu texto
...
Ennnn fin. Aplausos, inauguración, felicitaciones y canapes en el restoran de la esquina.

luther dijo...

Eeee abrió este blog!

Buen texto, Fede! aunque ya lo había leído en su momento, creo recordar.

Ahora tenemos que hacer la fiesta inaugural. Seguro que termina siendo una reunión WE en lo de Fede.

Pau dijo...

Creo que un broche en una soga en un día del arte en un colegio del microcentro presentaba en hojas blancas y tinta negra el mismo texto.

Y por si no sabías, me produjo la misma satisfacción que ahora.

Besos Fede